Ponderando las diferentes casas encuestadoras, de medios electrónicos, periodísticos y prensa en general; se desprende un notable debilitamiento de la ventaja priista en las próximas contiendas. En ella se puede determinar el fin de la paciencia del electorado claramente indefinido, que ha perdido la esperanza de un mejoramiento en su calidad de vida. El pueblo ya se canso de esperar las promesas de EPN.
Las consecuencias de las mal aplicadas reformas han causado una incertidumbre con tintes de hartazgo y frustración, aunado al peso mediático de 2 erosionantes casos de corrupción y violencia. El primero es Iguala y los 43 desaparecidos de Ayotzinapa; el segundo: el penoso escándalo de la casa blanca de lujo comprada por la supuesta esposa trabajadora millonaria del mandatario del Poder Ejecutivo.
El PRI aun conserva una cierta ventaja que le permite maniobrar en forma segura sin tener que hacer mayores ajustes en cuanto a los estados y las cámaras. Pero por primera vez en el sexenio, la preferencia presidencial la han perdido.
Aun con la ventaja oficialista, se avecina una etapa de franco declive de las posibilidades de conservar el control del gobierno federal y ahora se deben concentrar en decidir si centrar el objetivo en aferrarse a la silla presidencial al costo que sea o mejor actuar con cautela manteniendo las fuerzas mínimas en las cámaras y los estados mas grandes del país. Una clara señal es el envío de secretarios de dependencias federales a las contiendas intermedias, algo que puede significar el empleo de la ya útil estrategia de refugiarse en la provincia ante la inminente perdida de la Presidencia. Los número son contundentes y solo es el principio.
Créditos: GEA-ISA Encuesta Nacional (Marzo de 2016), Fotografía: Noticias 360°