Foto: http://carloscantonzetina.blogspot.com/
Llego el día de ajustar cuentas y analizar cuales fueron las lecciones que nos deja el periodo de Roberto Borge en el estado de Quintana Roo. Los resultados positivos, negativos y las repercusiones en la población.
Como en la mayoría de los medios de comunicación nacionales, es fácil tener una opinión sesgada y estéril sobre este periodo, sin las debidas razones documentadas. Al unisono a nivel nacional se avecina una opinión reprobatoria, al punto de considerar, a Roberto Borge, como uno de los peores gobernadores en la historia del país. Esa consideración es fácil de concluirse, sin embargo, el análisis de los resultados nos condensara la parte importante, las lecciones que como población debemos aprender para no volver a tolerar gobernantes de este tipo:
- Un gobernador surgido por designación directa y obvia del gobernador anterior. Un antecedente tan tradicional como enfermizo dentro de las filas priístas.
- Un gobernador complaciente con los errores, excesos y torpezas del gobierno anterior. Al punto de solapar y permitir la injerencia de influencias del anterior gobierno en las dependencias.
- Un gobierno entregado a su maquinaria electoral durante todo su mandato, para realzar sus acciones e influenciar la opinión de su legitimidad.
- Un gobierno incapaz de administrar equilibradamente los recursos a su disposición. Con una clara inclinación hacia el endeudamiento irresponsable. Altamente deficiente para ejercer el presupuesto, obras y programas; y encima de todo incapaz de designar a funcionarios adecuados para las tareas encomendadas.
- Un gobierno autoritario, represor y violador de los derechos de expresión, manifestación y libre opinión pública.
- Un gobierno espía e intolerante con su oposición política al punto de llegar a la amenaza de la integridad ciudadana.
- Un gobierno concentrado en los programas populistas y asistencialistas en particular con sus simpatizantes, los cuales funcionan como herramientas de choque político a su disposición.
- Un gobernador derrochador y frívolo, con una actitud cínica siempre que se evidencian sus excesos.
- Un gobernador corrupto y dedicado a favorecer sus intereses económicos personales y hasta familiares a costa del uso de su poder.
- Un gobernador demagogo y mentiroso, capaz de bloquear a sus críticos, y en cambio comprar y hasta fundar medios de comunicación a modo para favorecer su imagen y la de su administración.
Todo esto y mucho mas ha tolerado el pueblo quintanarroense, con unas consecuencias enormes y catastróficas en las finanzas estatales y en las administraciones locales.
Encima de estos efectos, el pueblo sigue aguantando las intentonas del gobernador saliente, por blindarse y evitar cualquier acción legal en su contra. Humillándose de modo penoso al punto de la ridiculez. Que las lecciones se hayan aprendido y los errores no se vuelvan a cometer. Esperaremos una transición ordenada y justa para todos. Nunca mas apoyar a políticos inmorales y deshonestos, ésta es en resumen la conclusión.